¿Sabes de dónde proceden los unicornios, el Ave Fénix, o los centauros? Pues de unos libros con relatos y cuentos que se escribían en la Edad Media y que describían, con imágenes impresionantes, animales reales o fantásticos. Es decir, es un compendio de bestias. Se hicieron muy populares durante la Edad Media en forma de volúmenes ilustrados que describían animales, plantas e incluso rocas. La historia natural y la ilustración de cada una de estas bestias se solía acompañar con una lección moralizante, reflejando la creencia de que el mundo era literalmente la creación de Dios, y que por tanto cada ser vivo tenía su función en él. Por ejemplo, el pelícano, del que se creía que se abría su propio pecho para dar vida a sus polluelos con su propia sangre, era, a través de su sacrificio, una viva representación de Jesucristo. ¿Quieres ver un BESTIARIO MEDIEVAL? Pulsa aquí.
Aunque, bueno, quizás el unicornio no era tan fantástico e irreal. En una reserva natural de la localidad italiana de Prato, en la Toscana, creen haber encontrado un unicornio, o al menos la explicación que pudo dar origen al mito. Se trata de un corzo de unos diez meses de edad cuya cabeza está coronada con un solo cuerno, situado en el centro de la frente, en lugar de los dos habituales. [Fuente]
No hay comentarios:
Publicar un comentario